Pucha que nos duele perder… No estamos acostumbrados, para nada, pero lo que tampoco nos tiene acostumbrados es jugar así y con ese equipo.
Como ya lo he mencionado en más de una ocasión, la banca de Colo-Colo no tiene el nivel que sí tienen los jugadores titulares. Por lo tanto si ya se sabe eso, lo único que puedo pensar es que simplemente están botando el campeonato por rendir en Copa Libertadores, en donde tampoco están comprometidos al cien o así lo percibo yo.
¿Están cansados? ¡Pero si el campeonato recién está empezando!
¿Dosificar? ¡Son profesionales! Son el equipo más grande de Chile o cada vez que pase algo como esto debemos recordarlo? En otras ligas se juegan más partidos por semana y los jugadores deben estar preparados.
Con todo el respeto que merecen los futbolistas, debo decir que los juveniles no están a la altura de este club, el caso de Gabriel Suazo y su desorden táctico, la poca personalidad de Provoste en algunos partidos en los cuales pasa desapercibido, y no los culpo a ellos, les falta pulirse. El error es de quien los dirige, señor Guede, es él quien toma las decisiones.
Es preocupante el bajo nivel de los juveniles luego de la salida de Marcelino Espina en divisiones inferiores, hace ya un buen tiempo que no sale un Matías Fernández por ejemplo o un Arturo Vidal de la cantera de los albos. Además, la carencia de un gerente deportivo, nos pone en desventaja, tiene que existir una persona encargada de ver y traer jugadores, sobre todo en el club más importante del país.
El campanil hizo un partido inteligente, con una presión alta sobre la defensa de Colo-Colo y supo aprovechar de manera efectiva los errores del rival. Fue correctamente jugado, lo que a mi realmente me molestó en esta derrota, fue ver a los jugadores con pocas ganas, la actitud que mostraron, me dolió y yo creo que la hinchada lo sintió.
No puedo dejar de mencionar el grosero error arbitral del señor Héctor Jona. Siempre digo que así es el fútbol, que no podemos quedarnos en reclamos, que el equipo tiene que sobreponerse con un buen juego y ganar de igual manera, como el club grande que es y no escudarse ni excusarse en las malas decisiones del juez durante el partido.
Pero si bien no fue un partido brillante del cacique, es momento de decir basta, no se pueden seguir tolerando este tipo de equivocaciones tan feas y notorias, que lo único que hacen es manchar y empañar el fútbol. Si un árbitro va a hacer noticia, que sea por su correcto desempeño y no por errores gravísimos evidentes, que se ha vuelto recurrente en el último tiempo.
Pero bueno, dentro de lo malo de esta amarga derrota, siempre existe una razón por la cual sonreír y esta razón tiene nombre y apellido, Raúl Octavio Rivero, que siempre logra darnos una alegría y saltar en la galería con un grito de gol.
Él hace ya varios partidos muestra un nivel impecable que sin duda debe seguir manteniendo, representa la garra del pueblo colocolino y eso se agradece.