La destacada comunicadora hoy se encuentra viviendo en Holanda y desde tierras lejanas nos brindó un momento para saber sus planes lejos de Chile.
Los días en tierras holandesas son todos distintos. La jornada de Cecilia se divide entre lo que tiene que hacer y lo que quiere hacer: Trabajar, cocinar, hacer compras, ver series, leer el Tarot y manejar sus redes sociales son algunas de las actividades de día a día de esta profesional, que actualmente es columnista desde Europa en El Deportivo de La Tercera.
A pesar de sus actividades, esta hincha cruzada sigue ligada al fútbol y el deporte. Y desde el otro lado del Atlántico ha visto la gran diferencia que existe en la incorporación de las mujeres al área deportiva, principalmente con Chile.
¿Por qué no hemos logrado lo que para otros países es casi normal?
Puro machismo. En Chile he visto una falta de voluntad y un hermetismo del medio que no veo tanto en otros países, incluso de la misma región. En mi experiencia, a los colegas no les importa ya siquiera si una sabe o no. Ellos pueden reconocer que una sabe, el problema es que una sea mujer.
En fútbol el techo es muy bajo y te dejan avanzar sólo hasta cierto punto, más aún con lo sobrepoblado y competitivo que es nuestro campo. En este momento, todos los cargos de toma de decisiones en secciones o medios deportivos están ocupados por hombres y además de una edad que les hace pertenecer a una generación que es machista consciente e inconscientemente.
Hay excepciones, como en todo, por supuesto, pero nunca he visto una apuesta real por “las mujeres” en medios deportivos en general. Una de esas excepciones, probablemente la más notoria, es lo que hizo Rodrigo Astorga con “Juego de Damas” en la Bio Bio, donde tuve la suerte de trabajar.
¿Pasó algo en un momento que te dijera salgo del área del deporte?
Sí. El cansancio de luchar tanto y que simplemente no te den las oportunidades que mereces. Entre 2016 y 2017 pensé seriamente en dejar el periodismo deportivo. Me cansó el ninguneo de algunos editores. Entonces una dice “con la experiencia que tengo ¿por qué por ser mujer tengo que lidiar con toda esta mierda? ¿Qué les cuesta ser honestos o educados?” Entre eso y saber que siempre hay que pelear las platas porque tu piso de sueldo va a ser al menos 25% (y de ahí para arriba) menor que el de tus compañeros por hacer la misma pega, llegó un momento en que me agoté.
Pero retirarme hubiera sido un triunfo para el machismo. Por suerte, tuve el apoyo de un Premio Nacional de Periodismo Deportivo que me dijo que no me rindiera, que mi valor profesional era reconocido en el medio y que estaba consciente de que el machismo era muy poderoso contra nosotras, pero que no hiciera tal de desaparecer, que siguiera adelante. Eso me ayudó mucho, recobré fuerzas y continué.
¿Cuáles serían los 3 momentos más fantásticos dentro de tu carrera?
1) Cuando me invitaron una semana entera a ESPN en EE.UU. para estar en el panel de comentaristas de Fuera de Juego, que es el programa de fútbol más importante de habla hispana, sentada al lado de Mario Kempes, Fernando Palomo y Andrés Agulla, entre otros. Entre las instalaciones, el trato increíble y el respeto que me dieron, fue una experiencia inolvidable.
2) Cuando me volvieron a invitar al panel de Fuera de Juego en Río de Janeiro para comentar el Chile – Brasil de Brasil 2014. También, una experiencia profesional maravillosa, a pesar de lo que pasó en el partido.
3) Y recién ahora en agosto cuando me tocó ser conductora de la Reunión General Anual de la ITF (Federación Internacional de Tenis) en Orlando, Florida. Conocí y compartí con leyendas del tenis, mujeres poderosas que son una inspiración; estuve en eventos en el campus de la Asociación de Tenis de EE.UU y Epcot Center y además atestigüé el momento histórico de la votación que cambió el formato de la Copa Davis. Por eso estaba Piqué ahí y pude conocerlo a él y su equipo. Incluso a sus papás. Experiencia espectacular es poco decir.
Fútbol Femenino
Unas de las mayores lecciones que a muchos les dieron las chicas de la Roja Femenina fue haber conseguido la clasificación al Mundial del próximo año. No tienen altos sueldos, no manejan grandes lujos, pero su garra y lucha por dejar el nombre del país bien puesto fueron mayores.
¿Cómo ves a las chicas para el Mundial en Francia?
Las veo muy dedicadas, enfocadas y empoderadas. Dan todo lo que pueden y más. Pero también están conscientes (y los hinchas deben estarlo también) que, debido al pobre desarrollo del fútbol femenino en Chile, no se les puede exigir que vayan a salir campeonas. Y menos criticarlas si no lo son. Su objetivo es muy consciente: Pasar la fase de grupos. Si logran eso, será un éxito de acuerdo a lo que se han propuesto. Es un primer paso súper importante y hay que confiar en ellas, y apoyarlas pase lo que pase.
¿Qué nos falta para valorar la liga de fútbol femenina?
Falta que cuando veamos fútbol femenino no esperemos que sea igual que el masculino. Hay un espíritu muy lindo al ver a las niñas jugar con unas ganas muy diferentes a los hombres, porque claramente no están ahí por la plata. Y a pesar de esas pésimas condiciones que no deberían existir, están ahí igual, haciéndolo lo mejor posible, luchando para que esas condiciones cambien. También me gusta del fútbol femenino que atrae a toda la familia al estadio. No hay violencia. El ambiente en un estadio para un partido de fútbol femenino es precioso.
Conoces la realidad del fútbol femenino tanto en Chile como en otros países ¿Cuáles son las más grandes diferencias?
El fútbol femenino acá en Europa está a años luz del sudamericano y aún así está también a años luz de la compensación económica que reciben los hombres, pero al menos las jugadoras no necesitan trabajar durante la semana para sobrevivir y las instalaciones y recursos que les dan los clubes para trabajar son impresionantes.
Aquí en Holanda las entradas para ver a las Leeuwinnen (leonas) se venden de €15 para arriba y se agotan para todos los partidos en 25 minutos. En la Eurocopa femenina 2017 los partidos de la selección crecían de audiencia a medida que avanzaban. Partieron con 2 millones de televidentes y jugaron la final con 5-6 millones de televidentes y estadio repleto. Hay jugadoras o exjugadoras que a veces aparecen como comentaristas de fútbol masculino. Al fútbol femenino y a las jugadoras se le da validez. La gran lucha que tienen es la igualdad económica. Pero aún así, pueden ser profesionales.
¿Qué es lo que más te indigna de las diferencias entre el fútbol femenino y el masculino en nuestro país?
Siento que por ahí los dirigentes de clubes -no todos- toman el fútbol femenino como una obligación, pero no los convence como una apuesta necesaria y válida. Entonces le asignan el mínimo presupuesto posible. No lo ven como un área con potencial de desarrollo.
Y lo que más me molesta es que las chiquillas no puedan ser profesionales al 100% a menos que se vayan fuera del país. Me acuerdo hace años que el dueño de un restaurant que quedaba en la esquina de mi casa me contaba que una de sus garzonas era seleccionada nacional. No me acuerdo el nombre, pero pucha… no me imagino a un seleccionado chileno teniendo que trabajar de garzón para sobrevivir. Esas diferencias son indignantes. Al menos se ha abierto el camino de a poco. Cuando yo era chica, también quise ser futbolista y cuando fui a la escuela de fútbol de la UC, el tipo se rió en mi cara. Obviamente era sólo para hombres. Ahora al menos si una niña quiere jugar fútbol puede hacerlo, pero claro, va a tener que batallar un montón si quiere dedicarse profesionalmente y eso agota de sólo pensarlo.
¿Qué te gustaría que hicieran las autoridades para equilibrar la balanza?
Siendo mujer en el fútbol, ya sea futbolista, periodista o dirigente, todo es una lucha. Hay que nadar contra la corriente todo el rato. No hay descanso. Me gustaría que alguna vez los hombres se pusieran en el lugar de las mujeres y realmente respondan por qué no tenemos derecho a querer jugar a la pelota igual que ellos. Y de ahí en adelante, reconocer que el fútbol femenino está tomando cada vez más fuerza en todo el mundo y que hagan su mejor esfuerzo en invertir como corresponde en el desarrollo de su rama femenina. Lo otro fundamental es el apoyo de la empresa privada. Acá en Holanda, por ejemplo, los auspiciadores de la selección masculina son exactamente los mismos que la selección femenina. Esa apuesta de las grandes marcas es súper urgente y hace mucha falta.
En muchos años más ¿Cómo te gustaría que las generaciones te recordarán?
Primero, como una buena persona que siempre se esforzó por hacer lo correcto y por hacer sentir bien a quienes se cruzaban con ella.
No soy perfecta, pero uno aprende y es mi intento consciente cada día. También como alguien que fue valiente para ir y jugársela para cumplir sus sueños y que eligió vivir una vida no convencional para lograrlos. Obviamente, me gustaría que se me recordara como una profesional íntegra que pudo destacarse en un área controlada por hombres y que empezó cuando no había mujeres en esto; me gustaría que se valoraran mis logros y que a través de todo lo anterior ojalá otras personas pudieran inspirarse para atreverse a vivir sin moldes y sin miedos para ir por lo que sueñan en su vida.
Y, por último, ¿Qué les dirías a las chicas que se están formando en esta área?
Que primero tengan claro que esta es su pasión. Que no están en periodismo porque no les alcanzó el puntaje para otra carrera, ni que eligen deportes porque es más fácil llamar la atención. Esto tiene que ser una pasión y una vocación seria. Porque esa pasión y vocación son lo único que las va a empujar y a sostener para dar la pelea y a soportar todo lo que significa ser mujer en periodismo deportivo.
Que no intenten destacar o lograr un puesto de trabajo por el físico, porque sí, hay muchas que saben que eso les da ventaja en este campo y cada una sabrá lo que hace, pero, como le escuché a Miguel Simón en la radio hace poco, lo único que realmente te dará permanencia y trascendencia es el conocimiento.