Universidad de Chile visitó a Independiente de Avellaneda por el partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana.
La noche de este miércoles quedará en el registro como una de las más violentas entre barras en el fútbol sudamericano.
Este miércoles 20 de agosto se jugaba el duelo por la vuelta de la Copa Sudamericana. Los azules visitaban al Rey de Copa con la ilusión de avanzar a la siguiente ronda, sin embargo, los enfrentamientos entre los hinchas del rojo y los azules impidieron que este terminara.
Tras estos hechos, la Conmebol canceló el encuentro por los incidentes.
Tras iniciarse el primer tiempo del encuentro, todo fue normal. Universidad de Chile abrió la cuenta a través de Lucas Assadi e Independiente lo empató minutos después.
Tras el final de los primeros 45′ se produjeron lanzamientos de proyectiles y butacas entre las barras. No obstante, esto comenzó antes. En la previa del encuentro, algunos buses de los hinchas chilenos fueron atacados y durante el encuentro a través de los altos parlantes se le pido a los hinchas de Universidad de Chile que salieran, tras tres minutos de la segunda fracción.

Los jugadores azules y rojos se acercaron a los hinchas para pedir calma y continuar el juego. La voz del estadio repetía el mensaje, para que la hinchada de los azules desalojara el recinto. “Universidad de Chile será sancionado”, señalaron en el recinto.
Jugadores y cuerpos técnicos esperaron mucho tiempo en la cancha, hasta que el cuerpo arbitral encabezado por Gustavo Tejera (mismo que dirigió el partido entre Colo Colo y Fortaleza) se fue a camarines.
Los medios argentinos daban cuenta del desastre que estaba pasando fuera del recinto, con personas heridas y ensangrentadas.
Entre agresiones de sus propios simpatizantes y una dura represión policial en las afueras del estadio Libertadores de América, la jornada en Avellaneda dejó imágenes lamentables. Nuevamente, hinchas chilenos se vieron involucrados en los incidentes, lo que podría exponer al club —en este caso, Universidad de Chile— a serias sanciones por parte de la Conmebol. Lo más insólito es que, al momento de la suspensión y con el empate parcial, el equipo azul tenía la clasificación a su favor.
A través de la megafonía del recinto, se comunicó la suspensión oficial del partido, que alcanzó a durar un tiempo y tres minutos del complemento, hasta que el escándalo pudo más.

«La policía no pudo garantizar las condiciones de seguridad para continuar el encuentro», fue la determinación oficial. Más tarde, las redes sociales de la Copa Sudamericana confirmaron la cancelación definitiva del partido.
Una vez suspendido el partido, la situación parecía estar bajo control. La mayoría de los hinchas de la U ya había abandonado la tribuna superior que se les había asignado y se encontraba a bordo de los buses que los trasladaron al estadio. Sin embargo, aún quedaban por ocurrir hechos lamentables.
Cerca de 100 barristas de Independiente irrumpieron en la zona donde aún permanecían unos 10 hinchas chilenos. Los acorralaron y se produjo un enfrentamiento directo. En medio del caos, algunos seguidores de la U llegaron incluso a saltar desde la bandeja superior al vacío, intentando escapar del ataque. Hasta el cierre de esta nota, se desconocen las consecuencias exactas de lo ocurrido.