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El Clásico Universitario 201 en el Claro Arena, fue para Universidad Católica. Los «Cruzados» se impusieron por la cuenta mínima ante Universidad de Chile, en un partido válido por la Fecha 25 de la Liga de Primera 2025.
La UC jugó gran parte del segundo tiempo con un hombre menos.
El partido comenzó con una intensidad propia de un clásico. La Universidad Católica, impulsada por su localía, buscó dominar el mediocampo con una presión alta que generó peligro. Sin embargo, la U, a pesar de las bajas (notablemente la de Charles Aránguiz), se mostró peligrosa en las transiciones rápidas.
La U tuvo la opción más clara de la primera mitad: Javier Altamirano remató con peligro, obligando a una doble atajada impecable de Vicente Bernedo, el arquero cruzado, quien se hizo gigante para ahogar el grito de gol de Lucas Di Yorio en el rebote. Católica respondió con un remate de media distancia de Tomás Asta-Buruaga que se estrelló en el vertical.
El entretiempo llegó con el marcador en cero, pero con la sensación de un partido abierto y tenso.
El destino del clásico dio un giro dramático al inicio de la segunda mitad. A los 53 minutos, el capitán y referente cruzado, Gary Medel, fue expulsado tras una revisión del VAR por una fuerte infracción. La tarjeta roja dejó a Universidad Católica con diez hombres y un panorama cuesta arriba ante una U que, con superioridad numérica, parecía tomar el control.
No obstante, en lugar de derrumbarse, la UC encontró en la adversidad la fuerza para agigantarse. El equipo de Daniel Garnero ajustó líneas y se multiplicó en el esfuerzo colectivo. Y fue en un acto de fe y calidad que llegó el gol.
A los 72 minutos, en una jugada de coraje, Eduard Bello se proyectó y habilitó a Alfred Canales, quien sacó un potente remate en la frontal del área que se coló en la portería de Gabriel Castellón. El mediocampista, ex jugador de la U, selló el 1-0 y desató el delirio en el Claro Arena.
Con el marcador a su favor, Universidad Católica se transformó en un muro impenetrable. La «U», aunque con más posesión, se mostró falta de ideas y puntería para romper la defensa «Cruzada» que defendió con «uñas y dientes» cada balón. Los minutos finales fueron un ejercicio de resistencia para la UC y de frustración para el cuadro azul.
El pitazo final de Juan Lara Luco detonó la celebración eufórica de los jugadores y el cuerpo técnico de la UC, conscientes de que la victoria había sido una gesta de carácter.
Universidad Católica sumó 48 puntos y se consolidó como sublíder del campeonato (aunque Coquimbo Unido tiene 62), manteniendo firme su opción de clasificación a la Copa Libertadores.
Los azules están 42 puntos, cayendo al quinto lugar y sufriendo un duro golpe anímico a pocos días de enfrentar la semifinal de vuelta de la Copa Sudamericana.
El clásico se cerró con algunas discusiones y empujones, reflejo de la pasión y la tensión de los 90 minutos, y con una conclusión clara: la UC se quedó con el honor y los tres puntos gracias a una demostración de garra y corazón con diez jugadores.